miércoles, mayo 23, 2007

Arte, niños y bujarreo

Este fin de semana se inauguró la séptima temporada expositiva del Musac, en la cual he participado de una forma activa a las órdenes de Pierre Huyghe, junto con otros tres intrépidos conejillos de indias.

Los cuatro machacas relizamos una performance a modo de parte activa de la exposición de Pierre, portando unas cabezas de león, águila, lobo y cordero que él mismo creó hace más de diez años.

Mi papel (impuesto, y muy gustosamente) era el de un león en plan "Micky Mouse a la entrada de Eurodisney". Sí. Tenía que estar orgulloso de mí mismo, dar la entrada a la gente, pero sobre todo interactuar y hacerme fotos con esos protoseres enanos, caprichosamente simpáticos y tan odiados por mí llamados "niños". Mi hábitat era el pasillo de entrada a las salas, el patio al que da dicho pasillo y el vestíbulo de entrada.


Foto: Diario de León

El papel del águila, pajaro o cuervo según algunos (no os riáis que a mí tres personas me llamaron caballo...) básicamente era estar sentado a modo de vigilante de sala, aunque podía moverse, y doy fe de que era más entretenido perseguir a la gente (no he encontrado ninguna foto del mismo).

El lobo y el cordero tenían que estar juntos, sentados o de pié uno frente del otro, y entre ambos tenía que haber una cierta tensión sexual. En principio tenían que estar en uno de los patios interiores del museo, pero tras la granizada y posterior lluvia perpetua se afincaron en el banco de una sala.


Foto: Diario de León

A parte de los cuatro conejillos había un quinto implicado en el asunto, cuya misión no era otra más que sacar fotos a los niños y a los no tan niños junto al león:



La experiencia puedo asegurar que ha sido enriquecedora. Pierre es una de las personas más interesantes y vitales que he conocido. Desprende energía positiva por los cuatro costados y echa por tierra el mito del artista gafopasta: es accesible, simpático, alegre, normal, sin pose... ¡te enamora cuando habla! ¡en serio!

Con él tuve un momento de esos que uno recordará durante toda la vida. Y es que creo que no puede haber nada más kitsch en este mundo que, ataviado con el "traje" impuesto por un artista de renombre internacional, dirigirse al mismo con la intención de darle tu email "just in case, who knows". Que él acepte, te acompañe a la zona de "acceso restringido" del museo y que, en el centro de una conversación amable, arranque un trozo de un cartel del Musac para escribir en él tu email... y el suyo.

La única pena que me quedó es que no le di la mano a Pierre para despedirme, creo que me la tendió pero no llegué a verla... de todas formas no sé por qué pero tengo la sensación de que volveremos encontrarnos en un futuro, de una forma casual y con un toque cómico.

Para terminar quiero dar las gracias a V, al subalterno y a la que dirige el cotarro por atender a la llamada de la selva. Para próximas llamadas no olviden sus cámaras fotográficas :)

No hay comentarios: