miércoles, mayo 23, 2007

Con su permiso me adentro - Programa 24

Hoy hemos hecho el penúltimo programa de radio y puedo decir que ha sido maravilloso, a pesar de algún que otro pequeño fallo y de no seguir al pié de la letra el guión en todo momento (guión de mi autoría, por cierto). Por unanimidad hemos decido que ha sido el mejor programa de la temporada, a pesar de todas las dificultades que presentaba, ya que era el primero en el que parte de las traducciones iban a ser en directo, y en el que L. y K. tenían que hablar en español, lo cual no les hacía sentirse precisamente seguras.

Entré por la puerta del estudio de radio dos minutos antes de que empezara el programa, a carreras, pensando que la emisión iba a ser un desastre, que me iba a fallar la voz, que nos iba a sobrar mucho tiempo... y nada más lejos de la realidad. Mi voz sonó como nunca o por lo menos eso me lo pareció (no digo nada de las de L. y K. porque ellas siempre la tienen perfecta), las canciones pegaron a la perfección, la clase la dijimos muy correctamente, con el espacio suficiente para no aturullar y a la vez no caer en la pesadez y el aburrimiento. Nos faltó tiempo incluso, así que la parte final la tuvimos que decir volando. El programa se nos hizo cortísimo, y el punto álgido se alcanzó cuando nos entrevistamos a nosotros mismos: casi me emociono con las palabras de L y K, al oir de su boca en un cuasi perfecto español (como nunca antes se lo había oído) un resumen de lo que ellas mismas califican como la mejor experiencia de su vida... también al oir a A. (el chico del control técnico, que tiene una voz radiofónicamente perfecta).

Como curiosidad decir que por unos momentos me solidaricé con todos aquellos entrevistados que aparecen por televisión y a los cuales criticamos por "no saber ni hablar". Y es que cuando me tocó el turno de respuestas no sabía ni qué decir, quizá porque me cuesta expresar abiertamente mis sentimientos (y la cosa iba de sentimientos más que nada), o quizá porque me metí demasiado en el papel de locutor serio. Fuera como fuese no agradecí nada a nadie (¡ay!) y lo más que acerté a decir fue que me quedaba con las risas y con el intercambio de ideas y cultura aka "discusión amable" que solemos llevar a cabo mientras la gente en sus casas escucha la música del programa.

Por cierto, ahora que me acuerdo, creo que no he comentado nada en anteriores entradas sobre el futuro del programa. Al parecer Cruz Roja está moviéndose para que la próxima temporada "Con su permiso me adentro" se emita en una radio comercial, que era el principal objetivo de C. (el director) al presentar el proyecto del programa. La razón es simple: en una radio comercial se puede y de hecho se llega a un mayor número de gente.
De todos es sabido que para una organización grande como CR querer es poder. No quiero lanzar las campanas al vuelo ni adelantar acontecimientos, sólo diré que si finalmente esto se logra y C. o la emisora en cuestión quieren contar conmigo, habré cumplido otro de mis grandes sueños, no exactamente como pensaba (siempre me imaginé presentando un programa nocturno) pero... por algo se empieza ¿no?

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