"Previo al final del viaje" me suena a disco de Iván Ferreiro. Siempre que escucho a Iván se me revuelven sentimientos que no estoy seguro de querer que se remuevan.
Hoy recuerdo la sensación de ver pasar las nubes por el cielo, de noche. Siempre lo asimilé al envejecer lento e inexorable: si las miras sin prestar demasiada atención parece que ni se mueven. Sólo al observarlas con atención percibes que efectivamente avanzan. Y avanzan para no volver. Volverán otras... distintas, mejores, peores, similares... pero las que lentamente pasaron... no. Quizás divagar sobre la inestabilidad física y temporal de las nubes sea lo que me hace sentir estos días tan emotivo. Pierdo la mirada y ya noto la congestión nasal mientras se me empiezan a cargar los conductos lacrimales. Aquí no existe la excusa de la primavera o la alergia, lo que parece suele ser lo que es.
Hoy mi yo saboteador hace que me sienta terriblemente inmaduro. Probablemente porque lo sea. Valoro decisiones mal tomadas que ya no conducen a nada. Me maldigo por el tiempo perdido, en vez de alegrarme por el que aún me queda por aprovechar.
Recuerdo las nubes y me asaltan otros tantos recuerdos como el de la lluvia. O la playa.
La playa sólo me gusta cuando está vacía. Preferiblemente sin calor, entre la puesta de sol y los primeros albores de la mañana. Me gusta la sensación de la brisa fresca en los brazos y en la cara, junto al pequeño escalofrío que después de unos segundos le acompaña. Me gusta disfrutar de esas pequeñas sensaciones con calma, en silencio, solo.
Aunque intuyo que me gustaría más disfrutarlo en silencio pero con un acompañamiento excelente. Sólo con un acompañamiento excelente.
Un turnedo es un tipo de corte en la carne de solomillo de ternera. Un corte recto y perfecto. Perfecto como lo es para mí poder observar la lluvia a través de la ventana, o aún mejor, afuera, en la terraza.
Desde aquí desde la nave no veo más que espacio y estrellas, día y noche, la misma escena. Me viene a la memoria Iván Ferreiro y no puedo evitar evocar imágenes quizá irreales sobre la Tierra. Y puesto a evocar sitúo en mi mente personajes, y lugares, y sensaciones, y vivencias. Como en Ghost in the Shell puede que mi vida no sea más que una invención que otro creó y nunca llegué a vivir... aún así me dejo llevar por este momentum entre las palabras de Amaro Ferreiro:
Desde aquí desde mi casa
veo la playa vacía
ya lo estaba hace unos días
ahora está llena de lluvia.
El doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo
y yo no puedo negarme pues
el tipo soy yo mismo.
Iván Ferreiro - Turnedo
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