sábado, mayo 12, 2007

Cartas 1.7

El guión de hoy era buenísimo, de esos que si los haces bien marcan un antes y un después en tu carrera hacia el Trukistrán (conocido en ambientes selectos como "Jolibú" y en contraposición al "universo de los frikis estrellaos contra la pared"), pero más que a Jolibú tras la actuación de hoy a donde voy a ir es al Fondobú. No tengo muchas ganas de comentar la jugada pero hoy no lo pasé nada bien en la grabación, y este aspecto para mí es el más importante, más incluso que el resultado final en sí mismo. Quizá fue por la apatía primaveral, quizá por los multiachaques... quizá por la berza que manejo que hoy estuvo especialmente presente o quizá porque simplemente no todos los días tienen por qué ser estupendos y maravillosos.
Sea como fuere, el caso es que hoy en plena grabación se me olvidó el nombre de una de mis abuelas (entre otras muchas cosas) y tal hecho no será algo que olvide facilmente. El detalle podrá parecer una chuminada viniendo de alguien que se olvida de palabras tales como el nombre de sus amigos, los utensilios de uso cotidiano o el vocabulario que se suele estudiar en primero de primaria (¿"afasia" me dijo usté, querida V?). Si lo de hoy me hubiera pillado en alguna etapa anterior muy seguramente me hubera dicho "no vuelvo a la tele nunca mais", pero en las edades en las que se encuentra uno simplemente pasaré página.

Me resulta curioso ahora que lo pienso lo emocionado y encantado de la vida que caminaba yo hace dos viernes hacia casa desde el orto del mundo (dícese del último bloque de pisos de Eras), con el sol de lado, una brisilla de frente, 18 gradillos en el ambiente... en comparación con lo asqueado de la vida que volvía hoy en el coche, día nublado, caluroso y agobiante, y atascos varios mediante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso que digas lo de la brisilla de hace dos semanas.Yo tengo recuerdos muy vivos de alguna situación por la brisa.Tanto anticiclón leonés tanta hostia ya.Yo hoy cuando salí de mi estudio de grabación me daban ganas de abofetear a todo bicho viviente demostrando así mi superioridad física y todavía no sé por qué no lo hice!!

Es el mes de mayo, q con las flores y demás nos deja endrogados del todo, no le des más vueltas. Yo he olvidado el nombre de mi madre en más de una ocasión. Hasta un día me la crucé por la calle y no la reconocí.Ahora bien, la hostia que llevé,ésa sí que me resultó familiar.

Verídico.

V dijo...

Hum... No sé...
Tal vez todo se limite a que, como tú has dicho, no todos los días tienen por qué ser maravillosos. No caigas en la tentación de convertir en montaña lo que no pasa de suave ondulación del camino (te hablo desde la experiencia, hijo mío).