sábado, marzo 10, 2007

Paraiso Perdido (y sin querer, pensamientos sobre felicidad, sociedad y medios)

¿Quién hablará de mí cuando haya muerto?
¿Quién cerrará mi vida?
Con una despedida... poética

¿Quién guardará mi voz en una cinta?
¿Quién leerá mis cartas?
Mis pensamientos cortos
Mis fotos... llenas de mentiras
Mis cuarenta vidas... sin salida

Un paraiso perdido
Mi corazón me falló
Ego empedernido, ni un sólo latido
Para nadie

Un paraiso perdido
para mí que lo tuve casi todo...
y casi todo lo perdí

Y mi ánima volando va, pidiendo perdón
Y mi cuerpo va, de aquí para allá
bailando en las teclas del piano
cantando al amor y al desamor
¿Cómo es posible ser tan impostor?

Uhmmm...

Un momento, presten todos atención
De repente me habla claro el corazón
Mi paraiso... es el solar que piso

No busques más, no te queda nada más
Todo está aquí, más allá es el más allá

Mi paraiso... es lo que ya encontré
en esta vida estúpida
de páginas y lágrimas
buscándote, creyendo que no estás
Luchando con la lógica, la práctica y la física
Viviendo a contrapelo
sobre el cielo y bajo el suelo
para tí... y nada más

Tú me dejarás, con una flor
un beso en mi tumba dolida
donde no llega nunca la luz
mi paraiso perdido eres... tú


Y mientras tanto...

¿Quién hablará de tí, cuando hayas muerto?

.
.
.

Letra de Olivia Bardomín para Teo Cardalda


PD: Una sonrisa, un abrazo, un beso, una caricia, una cerveza en buena compañía, una tormenta en plena tarde de agosto con 45 grados, un sms, un email de alguien con quién hace meses que no hablas... una mirada, una canción, una comida en grupo (me vale un bocata de chorizo tirados por cualquier parte), un paseo por el monte (mejor aún si es por la montaña, o por la playa a quien le guste), una puesta de sol, arreglarte para quedar con los colegas o con la persona que quieres, esa llamada (agradable) que no te esperas, esa persona (de tu familia o de tu círculo de amistades) que te quiere pero a la que nunca muestras tus sentimientos todo lo que te gustaría... tu camiseta favorita, los días de invierno en que sale el sol, el potaje, las lentejas o la paella de tu abuela o de tu madre, tus ilusiones, lo que te gustaría hacer en tu vida... un regalo inesperado sin ningún valor material pero que para tí vale más que un Ferrari de 30 kilos, un paquete de galletas de Túnez, Taiwán o Kazajistán, la cara que se te pone cuando llegas a la sección de chocolates del híper, ESTAR con alguien a quien aprecias sin que importe nada más y sin la necesidad de hacer nada más...

...frente a lo que nos cuentan los medios: guerras, política, cotilleos, deporte mal entendido y "cultura" de masas, de la que vende. Todo desde la crispación y BUSCANDO DELIBERADAMENTE la confrontación, sacando siempre todo lo visceral, los muertos, el terror... tergiversando palabras e imágenes SIEMPRE QUE SE PUEDE si ello implica vender y ganar más dinero, que es lo que buscan TODOS los medios, telediarios, periódicos, radios y webs... sin importar nada más.

Nunca he pensado eso de "cualquier tiempo pasado fue mejor", en parte porque no creo en los derrotismos y en parte porque no es verdad (y ahí está la Historia para demostrarlo). Pero hoy (una vez más) alguien me ha alienado... con la diferencia de que esta vez ha sido alguien a quien quiero. Y me ha dolido. Y no por mí, que tengo claras mis ideas (y digo ideas que no ideales), sino por la sociedad en la que nos toca vivir. Me he puesto melancólico, y triste, por qué no decirlo, recordando un tiempo en el que jugábamos en la calle, en el que con cualquier cosa eras feliz, y en el que la televisión hacía volar tu mente. Un tiempo en el que no nos preocupábamos de lo que pasaba en nuestro mundo, a pesar de que pasaban cosas muy importantes. Han pasado cuántos ¿Veinte años? Por lo menos. Veinte años. Perdón por el renuncio emocional, pero... ¡Qué de cosas soñábamos que pasarían cuando tuviésemos veinte años más! Los coches volarían, viviríamos en un mundo verde y sin contaminación... por supuesto habríamos acabado con las guerras y el mal, siguiendo los pasos de nuestro superhéroe de cómic favorito... Veinte años. Menuda aevolución. Hemos pasado de una sociedad en la que las personas reclamaban sus derechos y sus libertades (de pensamiento, palabra obra y omisión) a... a... a la "sociedad de la información". ¡Qué cambio! Ahora vivimos en un mundo que según nos dicen se mueve rápidamente (en realidad se mueve a la misma velocidad desde hace varios cientos de miles de años, pero bueno), y en el que únicamente importa el "qué". Ya no importamos las personas ni los sentimientos, sólo el "qué", porque el "qué" da dinero. El "cómo" es algo secundario, la gente no quiere saber nada del cómo... y mejor que no lo sepan (vaya, resulta que yo sí quiero conocer el "cómo", ¿qué hago?). Televisión 24 horas, periódicos, radio, internet, móviles... nunca antes el ser humano tuvo tanta facilidad para acceder al "qué" o para hablar del "qué". ¿Qué? que. Así de simple y rápido.

Sin embargo, y a pesar de estar en poder del "qué" (aunque sea falso) cada vez las personas nos sentimos más solas, o más inseguras, dudamos de todo y de todos... en definitiva, no somos felices. Pero ¿por qué? ¿acaso en nuestra vida no hay lugar para lo bonito o lo positivo? Mmmmmm juguemos a la reformulación de preguntas:

- ¿por qué no hay sitio para lo bonito y lo positivo?
- ¿por qué debería haberlo?
- ¿si no lo hay... "QUÉ" hago?
- ¿"QUÉ" de cosas nos cuentan los medios, no?

Está claro que es más cómodo admirar un "qué" que salir en busca de la felicidad a la calle. Ahora digamos que alguien con bajos instintos humanos quiere hacer uso del "qué" para su propio enriquecimiento o divertimento. ¿Qué haría? Fácil, decir el "qué" que le interesa. Mejor aún, que la gente únicamente conozca su "qué". ¿Qué pasa si sólo hay un "qué"? que siempre habrá alguien que esté en contra. Bueno, no hay problema, sacamos otro "qué" totalmente distinto (llamémosle democracia), y así todos contentos. Problema: el "qué" en el que yo creo no se corresponde con ninguno de los "qué" que me cuentan... Pero, cómo ¿que eso no es posible? Sí, sí, sí es posible, es más, estoy seguro que los "qué" que me intentan vender son falsos ¿por qué? pues porque he estudiado el "cómo" y he llegado a la conclusión de que... ¿oiga, me escucha alguien? ¿oiga? ¡OIGAAAAA! Vaya... me he quedado solo. Ah, que a ciertas personas no les interesa que se sepa el "cómo", sólo el "qué"... ya ya. Y que crean la necesidad del "qué" en las personas para que éstas no piensen en otra cosa, no vaya a ser que se descubra el pastel y pierdan el poder, el dinero o el reconocimiento... qué interesante.

Bien, ahora el que no haya entendido nada que vuelva a releer la última parte sustituyendo "qué" por "noticia", y si hace falta que haga otra lectura más sustituyendo "qué" por "ideología" (siempre y claro no haya muerto ya por sobresaturación de qués xD)

Seguimos. Resulta que los poseedores del "qué" son los medios (nada nuevo). Problema: la gente da por cierto todo lo que le dice alguien cuyo único objetivo es ser fuente de dinero o de poder. Pero ¿realmente el lavado de cerebro que promulgan los medios, surte efecto? Pues sí, y es evidente cuando ves que la gente vive atontada y preocupada por cosas que ni le van, ni le vienen, ni le influyen ni le influirán en la vida. Peor aún, cuando vive espectante y deseosa de recibir todos los días su correspondiente dosis de crispación política sin necesidad, de sucesos desagradables y mundanos, de cifras de muertos a granel vendidas cual choped en el súper (¡anda, majo, dame 4 lonchas de choped, 7 de jamón yor cortadas bien finas y 200 gramos de queso curao de Valdeón!), de competitividad sucia en el deporte, y cómo no, de violencia internacional, aunque sea falsa y grabada por un corresponsal en plan "tú ponte ahí y hazte el muerto", "ahora esa ambulancia que entre por allí"...

Aunque no lo parezca en el mundo pasan cosas buenas, QUE NO SALGAN EN EL TELEDIARIO NO SIGNIFICA QUE NO EXISTAN (creo que me voy a hacer una camiseta con este emblema).

¿Cuándo empezaremos a valorar lo realmente importante? ¿cuando estemos bajo el suelo y sobre el cielo? ¿cuando ya no haya remedio? ¿Por qué nos empeñamos en que los pensamientos sean el motor de nuestra vida en lugar de nuestros sentimientos?

2 comentarios:

V dijo...

Muy largo y muy profundo. Prometo leerlo a fondo cuando tenga tiempo.

V dijo...

En lugar de "la sociedad de los medios" deberías haber escrito "la sociedad de los miedos". Tenemos lo que nos merecemos por haber desviado la mirada mientras dejábamos que pasara. Y con todo, pese a la frustración y el desencanto, no considero que huir del mundanal ruido y abstraernos de todo sea la respuesta. ¿Qué nos queda? Tal vez hurgar en los resquicios del sistema (sí, ríete si quieres. Y ahora piensa en las termitas).
Sacando ahora de paseo a la bufona que hay en mí. Leyendo tu diatriba en contra de las Digestive (sabía que no tienen propiedades "digestivas": lo pone en el paquete y en inglés digestive biscuits es una denominación genérica para las galletas semi-sweet que acompañan al té... Aunque sé que en el fondo no pones en duda mi inglés, sino que te preocupas por el bienestar de mi sistema digestivo) y las Oreo (pues a mí sí que me gustan), te imaginaba en plan profesor de danza de Fama, con el pelo suelto, una bata de seda azul oscuro y un bastón golpeando el parquet mientras me gritabas: "¡No!¡¡No!! ¿¿A eso le llamas tú una galleta?? ¡¡Nunca aprenderás a distinguir una verdadera galleta si no te esfuerzas, jovencita (esto es de mi cosecha)!! ¡¡¡La fama cuesta!!!".
Cuánto mal han hecho las series de los ochenta.
¡¡Y anímate!!