miércoles, octubre 18, 2006

Tengo que cambiar...

...de crema hidratante - after sheif.

Y es que no puede ser que últimamente la peña (y no uno ni dos ni tres, sino bastante gente desde hace aproximadamente un mes) no pare de repetirme que tengo mala cara, que si me pasa algo, que si estoy bien... ¡y eso que me lo tomo a guasa!:

- ¡Qué mala cara tienes Ert!
- Hombreeee... ¡gracias!

Lo que me mosquea no es que me lo digan amiguetes o familia, es que me lo dicen hasta profesores y gente más adulta... y no sé por qué, si yo me veo el jeto de lo más normal común y corriente... ¿será el after sheif?

3 comentarios:

Ert dijo...

Pues resulta que este fin de semana me he mirado en el espejo (si, es de resaltar, como el día que me da por peinarme xD) y va a ser que sí que tengo mala cara... tendré que plantearme en serio lo de dormir mejor, salir a trotar un poco o por lo menos a que me dé el aire, tomar más líquidos y frutas, volver a la lechuguilla... y quitar los cadáveres vegetales de la mesa de estudio que no me dan más que "malah bibracioneh" xD

Ahm, otro tema del que hablar: mi relación con las plantas! Aquella planta teraresistente que compré hace meses (que aguantaba sin regarla y todo)... pues resulta que se me ha secado una de las hojas-rama, y no sé por qué me da que no será la última... de momento quedan otras ocho :)

sunayani dijo...

Ñaaaa ¿¿y lo de dormir mejor lo escribes a las 5:28 de la mañana??
Cuando lo consigas, me avises, que llamo a los periódicos XD

Seguro que exageras con lo de la mala cara...

Ert dijo...

Ayer pensaba acostarme pronto (me había levantado a las 7:30 y además había dormido sólo unas 3 o 4 horas) pero al final me salieron 1000 cosas. Tengo la maleta todavía sin deshacer, y no he llamado a M para decirle si el trabajo que tiene que entregar mañana se puede hacer de alguna forma o no, que es lo que estuve mirando anoche. Se me acumulan las cosas, me gustaría tener dos cuerpos o más horas, pero uno no es una máquina, así que si el cuerpo dice "basta"... por mucho que le mande el cerebro no hay nada que hacer. A partir de ahora la bufanda entra a formar parte del kit de supervivencia en el bolso: ayer por la noche me pasé todo el tiempo sujetando la sudadera para que me tapara el cuello, pero aún así hoy me he levantado como me he levantado. Menos mal que tropecientas cucharadas de miel, un vaso de leche hirviendo, una manzanilla, dos pastis para la garganta y un rato sudando en la cama bajo dos mantas han ayudado, porque joé... aún así llegué tarde a la grabación de hoy, vaya día. Pero llegué con voz, que fue lo importante, porque además la otra locutora que habla en español (argentina) estaba enferma y no pudo ir.

El tamaño de las ojeras es inversamente proporcional al número de horas dormidas (fórmula válida para personas de todo género y condición), así que va a ser que no exagero. Lo que me preocupa de la mala cara no es en sí el aspecto físico, si no que es consecuencia y reflejo de otros problemas que tengo que solucionar,que a los 15 se pueden llevar y a los 25 más o menos también, pero a partir de ciertas edades ya la cosa pasa factura.